¡Por qué me voy del Polo!: carta abierta de Mauricio Trujillo Uribe

Mis diferencias con las posiciones del Polo Democrático Alternativo, tomadas sucesivamente por las mayorías del Comité Ejecutivo Nacional, en temas tan importantes como la política de paz, la política de oposición al gobierno, la política de alianzas y la actitud a seguir frente a la Alcaldía de Bogotá, me llevan a concluir que mi sitio no está más en el partido. Mis posiciones políticas* que he sostenido durante los cuatro años como miembro del equipo dirigente del PDA, desde su fundación hasta finales de 2010, en representación de los colombianos en el exterior, reflejan la convicción de que los cambios democráticos que requiere Colombia deben ser impulsados desde un proyecto de izquierda democrática moderna, viable y responsable, alejada de radicalismos, sectarismos y demás ismos. Es necesario, igualmente, abrirle paso a una convergencia con el centro político del país. Lograr que el Polo se mueva en esa dirección ha sido misión imposible.


Mauricio Trujillo Uribe

Bogotá, 10 de diciembre de 2010

Doctora Clara López Obregón
Presidenta Polo Democrático Alternativo -PDA

Copia al Comité Ejecutivo Nacional y a la Dirección Nacional PDA

Asunto: Carta abierta de Mauricio Trujillo Uribe, de renuncia a su condición de miembro de la Dirección Nacional y del Comité Ejecutivo Nacional, y a su afiliación al PDA.

Estimada Clara y estimados miembros del Comité Ejecutivo Nacional,

En los últimos tres años el llamado sector democrático del Polo, tendencia de la que hago parte, se ha encontrando en desacuerdo con decisiones tomadas en el CEN por sus mayorías, sobre temas cruciales de la política nacional y del quehacer partidista. Señalo algunos aspectos esenciales, entre otros:

Política de paz. La decisión de no participar en la marcha ciudadana del 4 de febrero de 2008 por la libertad de los secuestrados, marcó una importante divergencia. El sector democrático proponía vincularse a la marcha de repudio al secuestro, la cual resultó multitudinaria. Pero las mayorías del CEN se opusieron a ello. Ya existían discrepancias en la materia: en el 2007, varios miembros del Polo dimos el debate en una reunión ampliada del CEN para exigir una clara condena del Partido al asesinato de los diputados del Valle por parte de las FARC, pues el comunicado inicial del PDA nos parecía insuficiente. Sobre la libertad de los secuestrados, también tenemos reveladoras diferencias en el seno del Polo: quienes están por el intercambio humanitario, y quienes exigimos la libertad inmediata y sin condiciones de los secuestrados.

Política de alianzas. En las elecciones de 2008, las divergencias giraron en torno a posibles alianzas con otras fuerzas. La posición oficial del PDA privilegió las candidaturas únicas del Partido, en aras de mantener incólume el discurso de izquierda. En el sector democrático veíamos necesario dar prioridad a las alianzas en varias ciudades (Cali, Cartagena, entre otras) y regiones. La misma divergencia se dio en el Segundo Congreso en el 2009: allí se aprobó ir a las elecciones presidenciales de 2010 con candidato propio. El sector democrático planteó, en cambio, promover en lo posible un acuerdo interpartidista para escoger mediante consulta un candidato único de convergencia, para enfrentar una eventual tercera candidatura de Uribe o al candidato del uribismo. En el 2010, en la segunda vuelta entre Santos y Mockus, el CEN aprobó llamar a la abstención o al voto en blanco, decisión que a muchos nos pareció un craso error político, considerábamos que lo acertado era respaldar al candidato Verde.

Política de oposición. Una vez posesionado Santos como Presidente, éste anunció que presentaría al Congreso de la República varios proyectos de ley, entre ellos los relacionados con tierras, víctimas y agua, temas que justamente había levantado el candidato presidencial del Polo en la campaña electoral. Además, Santos tomó en los primeros días de su gobierno una serie de medidas que indicaban su voluntad de ganar cierta distancia frente a Uribe. Por ello, y por considerar que en una Democracia la Oposición debe dialogar con el Presidente sobre asuntos de interés para el país, propuse al CEN que el Polo solicitara una entrevista con Santos, lo que a su vez coincidió, sin proponérmelo, con la visita de Petro al Presidente. Las mayorías del CEN rechazaron el diálogo con Santos y aprobaron la política de oposición total a su gobierno por considerarlo Uribe III, mientras que en el sector democrático vemos que se debe asumir una actitud razonable, apoyando lo positivo pero a la vez crítica y vigilante.

La Alcaldía de Bogotá. Varios miembros del CEN habían solicitado nombrar una comisión para dialogar con el Alcalde Samuel Moreno sobre la percepción negativa de su administración en amplios sectores de la ciudadanía. Temas como la movilidad, la privatización de la ETB y los rumores de corrupción debían ser planteados con urgencia. Se requería de inmediato analizar y darle seguimiento a las políticas públicas del Alcalde elegido en representación del PDA. Pero nada de esto ocurrió. La alianza mayoritaria no actuó con la celeridad y profundidad que se requería. El informe sobre «el carrusel de las contrataciones» presentado por iniciativa del concejal De Roux, el senador Avellaneda y el excandidato presidencial Petro, fue ante todo una reacción frente al inmovilismo del CEN. Al mismo tiempo, por obvias razones, es explicable la defensa del Alcalde y su administración por parte de la Anapo. Tampoco sorprende la actitud de algunos dirigentes del MOIR y el Partido Comunista frente a las denuncias presentadas.

El Partido. Es normal que diversas decisiones que se tomen sobre temas gruesos en un partido no siempre, ni mucho menos, concuerden con los criterios de un determinado sector o dirigente de ese partido. La «regla de oro» de la democracia partidista indica que si no es posible alcanzar consensos, las decisiones se toman por mayorías, y las minorías deben aceptarlas (aun cuando la búsqueda de consensos debería ser, esa sí, la «regla de oro»). Sin embargo, cuando esa situación se perpetúa en el tiempo porque la mayorías se comportan de manera hegemónica, la cohesión y el espíritu de cuerpo de ese partido pierde su razón de ser. De otro lado, más allá de las buenas intenciones iniciales, el PDA es en esencia y en la práctica un frente político, no un partido. Mirando hacia atrás, no nos faltó razón en el 2004 a quienes en el Polo Democrático Independiente planteamos que la convergencia con Alternativa Democrática debía ser en términos de «unidad de acción», no de fusión.

Conclusión. Como es de su conocimiento, soy miembro de la Dirección Nacional y del Comité Ejecutivo Nacional del Polo Democrático Alternativo desde su fundación hasta el presente. También hago parte de su Comisión de Asuntos y Relaciones Internacionales. Sin embargo, a estas alturas ha perdido sentido para mí permanecer indefinidamente en un partido con cuya línea política, rumbo y manejo, ya no me identifico. De mis posiciones sobre los aspectos señalados hay registro en las actas del CEN y mis artículos publicados en la red.

Con base en lo expuesto, presento renuncia a mi condición de miembro de la Dirección Nacional y del Comité Ejecutivo Nacional, y a mi afiliación al Polo Democrático Alternativo. Expreso mi reconocimiento a los colombianos en el exterior que me llevaron a esos cargos de dirección. Seguiré acompañando las movilizaciones y esfuerzos por el mejoramiento de la situación de los sectores populares, por la democracia y la soberanía nacional. Deseo que el Polo supere sus contradicciones internas de la mejor manera posible, para que siga jugando en la política colombiana, ojalá de manera decisiva.

Cordial saludo,

Mauricio Trujillo Uribe
Bogotá, 10 de diciembre de 2010


Opinión que sólo compromete a su autor, de libre difusión, citando la fuente, el autor y publicando fiel copia de la misma

* Artículos de 2007 a 2010. Algunos de ellos:

El diálogo gobierno-oposición no es «pecado mortal”

Eligiendo a Mockus la educación le ganará las elecciones a la polarización

Defender la democracia: un candidato de convergencia desde la primera vuelta electoral

Más allá de un frente contra la segunda reelección de Uribe

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A las puertas del II Congreso Nacional del POLO

El Polo que necesita Colombia

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Foto: Archivo particular