Los colombianos en el exterior, por un Estatuto del Emigrante

Frente a la migración de nacionales al exterior, que hoy alcanzaría cerca del 10% de la población colombiana, es necesario actualizar, ampliar y modernizar una política pública ante este fenómeno social, que incluya entre otros aspectos un tratamiento adecuado de las pensiones y remesas, el retorno de cerebros fugados y de colombianos con saberes, el fomento de los lazos de los colombianos en el exterior, una mayor representación de éstos en el Congreso de la República y el respeto de los derechos humanos de los emigrantes en situación irregular. Se requiere un Estatuto del Emigrante.


Mauricio Trujillo Uribe

Bogotá, 30 de Mayo de 2010

La migración de colombianos, fenómeno social con pocos datos
Hoy en día, Colombia es el país que tiene el más grande número de emigrantes de América del Sur. El tamaño e importancia económica de esta comunidad en el exterior la han convertido en un nuevo actor de la vida social del país. Según los datos del censo efectuado en el 2006, cerca de 3,3 millones de colombianos viven en el extranjero. Otras fuentes oficiales, como el Ministerio de Relaciones Exteriores, citan 4’250.000. Estas cifras muestran el tamaño de la diáspora: cerca del 10% de la población colombiana reside fuera de Colombia.

La mayoría de los colombianos emigrantes viven, en América, en Estados Unidos,
Venezuela y Ecuador y, en Europa, en España, Inglaterra y Francia. En los años setenta y ochenta se produjeron olas de migración hacia Venezuela y Estados Unidos. En los años 90 los flujos de migración se mantuvieron relativamente constantes y ganaron otras regiones, Europa en particular. Sin embargo, al final de ese decenio la migración colombiana se disparó, debido principalmente, lo entendemos así, al destierro de miles de habitantes por causa del conflicto armado y por falta de oportunidades económicas.

¿Pero cuáles son las cifras reales, oficiales, más allá de generalidades, sobre la naturaleza y causas de esta migración? ¿Cuáles son las regiones colombianas y los sectores sociales que contribuyen a esta migración? ¿Por qué y cómo se sale del país? También nos preguntamos cuáles son los datos reales, oficiales, sobre la situación económica y social de la diáspora. La discriminación que viven muchos colombianos en el exterior podría llenar páginas enteras. Desde luego, hay también un buen número de compatriotas que han tenido éxito, que llevan una vida correcta, esto hay que decirlo con orgullo y en voz alta, pero son una minoría.

A pesar de cifras y datos existentes, fruto del valioso trabajo de instituciones e investigadores sobre el tema, lo cierto es que no hay información articulada que permita conocer objetivamente el problema de la emigración y, aspecto muy importante, del retorno a Colombia, información que constituye el punto de partida para poder establecer políticas oficiales pertinentes y eficientes.

Aquí llegamos a una primera conclusión que traemos a este Foro: en un mundo globalizado como el de hoy, es imperativa una política oficial mucho más proactiva para conocer estos temas de la diáspora con mayor visión y coherencia. Resaltamos la necesidad de financiar con recursos oficiales, las publicaciones sobre la emigración colombiana. Es fundamental el entendimiento y discernimiento de la realidad de la comunidad colombiana en cada país mediante estudios estadísticos y académicos y el contacto directo con la colonia.

Insuficiencias de la política pública frente a los colombianos en el exterior
La protección de los derechos de los colombianos en el exterior debe ser la prioridad en la política migratoria del gobierno nacional. Respecto a los colombianos que han emigrado, le preguntamos a los representantes del Gobierno: ¿cuáles son los programas oficiales destinados a prestarles protección? ¿Cuáles los planes oficiales atendiendo el creciente aporte de los emigrantes en la economía nacional? ¿Qué pasa con el reconocimiento de pensiones de jubilación y seguridad social?

Muchos emigrantes han cotizado en el exterior en países que no tienen convenios con Colombia y viceversa. En Europa hay miles de nacionales que si quisiesen regresar al país no podrían hacerlo sin perder lo que han cotizado. El Ministerio de Relaciones Exteriores debe moverse coordinadamente con otros países latinoamericanos para conseguir que se haga extensivo a otros países de la Unión Europea el importante convenio multilateral alcanzado con España sobre las contribuciones a la seguridad social y la jubilación.

En materia de derechos políticos, señalamos la muy insuficiente representación de los colombianos en el exterior en el parlamento colombiano. Por la Circunscripción Internacional electoral hay un sólo Representante a la Cámara a pesar de que hoy somos más de cuatro millones de compatriotas. Y 16 años después de su creación, el balance es preocupante: en las dos elecciones la participación de los emigrantes fue muy poca, en 2002 hubo 26000 votos frente a 1,8 millones de electores potenciales y en 2006 votaron 37000 personas sobre 3,1 millones de electores potenciales.

Además, en la primera elección fue elegido un candidato que había obtenido la mayoría de sus votos en una región del norte de Colombia y no en el exterior. En el 2006, la segunda elección fue declarada nula por la Corte Constitucional, por lo que hay que señalar el carácter inexequible de la curul actual, y sin que hasta el presente este vacío haya sido subsanado por el Congreso.

En cuanto al rol de los consulados en la atención de los nacionales, hay avances significativos en algunas ciudades pero en general aún dista mucho de ser un servicio público eficiente. El servicio consular debe ser evaluado de manera independiente y se deben tomar las medidas para lograr su mejoramiento.

Es evidente la necesidad de una mayor profesionalización de los empleados de consulados y embajadas y del personal de los programas institucionales. Muchos de estos servicios y programas han sido y siguen siendo utilizados como botín clientelista y burocrático. La carrera profesional, democrática y de meritocracia debe abrirse paso.

Al mismo tiempo, se debe fomentar la participación de los ciudadanos residentes en el exterior en el acompañamiento y supervisión de las representaciones consulares. Conviene estudiar la propuesta de las «Veedurías Ciudadanas» como un mecanismo de apoyo y de control de los servicios de los consulados.

¿Cuál es la posición de Colombia frente a nuestros emigrantes en el contexto de los distintos regímenes de migración, por ejemplo de la Unión Europea y de EEUU? ¿Qué está haciendo el gobierno colombiano en el marco de los mecanismos regionales latinoamericanos, frente a las políticas restrictivas que toman fuerza en Europa y Estados Unidos, y para incidir en ellas en defensa de los derechos fundamentales de los emigrantes?

Sobre los extranjeros en situación irregular pesa hoy en Europa la amenaza de la llamada “Directiva del Retorno”, no sólo contra los que no tienen papeles sino incluso contra los que no puedan renovarlos, la cual autoriza a retener a los extranjeros indocumentados en los “Centros de Internamiento” hasta por 18 meses por simple decisión administrativa, incluidos menores no acompañados.

En Italia viene abriéndose paso una ley que da carácter de delito con pena de cárcel a quienes ingresen en el país de manera irregular. Llamamos a concertar con los gobiernos suramericanos, en el marco de los acuerdos que se discuten actualmente con la Comunidad Europa, una posición firme para que se aplique la «Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares», adoptada por la Asamblea General de la ONU en 1990.

Un tratamiento diferenciado de las remesas
Las remesas se han convertido en una de las principales fuentes de divisas para Colombia, siendo Estados Unidos, Inglaterra, España y Francia los países de donde más se envía dinero a Colombia. Según el Emisor, las remesas de dinero enviadas por los colombianos residentes en el exterior pasaron, entre los años 2000 y 2007, de 1600 millones a 4.600 millones de dólares. En 2006 las remesas alcanzaron 3890 millones de dólares, casi igual al 3% del PIB. Se requiere un tratamiento diferente de las remesas.

Es necesario estudiar procesos alternativos que abaraten los costos de envío, o al menos que eviten el recorte del monto recibido por los destinatarios. Se requieren medidas fiscales sobre las remesas orientadas a lograr el fortalecimiento de programas de inversión social en el país. Es necesario darle una asignación diferenciada a los recursos fiscales que provengan de la emigración y dirigirlos prioritariamente al desarrollo de las regiones de origen de la emigración.

El estado colombiano debe incentivar el traslado de ahorros del exterior a Colombia. Las parejas colombianas o mixtas residentes en el exterior deben tener incentivos y préstamos para instalarse en Colombia. Para llevar a cabo estas políticas, proponemos al Gobierno y al Congreso la creación de un “Banco del Emigrante”. Proponemos una gestión alternativa con intervención del Estado y sugerimos la participación del Banco de la República y del Banco del Sur en este proyecto.

Los lazos de los colombianos en el exterior con el país
También es de gran importancia compensar de alguna manera la fuga de cerebros del país. ¿Cuáles son las políticas oficiales al respecto? El Ministerio de Educación y los centros de enseñanza e investigación deben desarrollar programas que incluyan la vinculación temporal de personal calificado residente en el exterior, sea como docentes invitados o instructores visitantes, bien sea en cursos específicos o en proyectos conjuntos.

Finalmente, preguntamos al Gobierno Nacional ¿cuáles son las políticas oficiales para propiciar el retorno de los compatriotas? Invitamos, por ejemplo, a que se estudie la experiencia de Chile con el Plan Nacional de Retorno.

El estado colombiano debe promover el contacto de los emigrantes con el país en general. Es necesario apoyar las diversas formas de asociación de los colombianos en el exterior, de carácter deportivo, académico y cultural. ¿Cuáles son los programas institucionales destinados al fomento de los lazos de los colombianos en el exterior con el país y a la reafirmación de la identidad nacional?

Un Estatuto del Emigrante
Ante toda esta problemática, el Congreso de la República debería discutir y aprobar un “Estatuto del Emigrante”, concebido como un mecanismo mediante el cual se garanticen los derechos sociales, políticos y culturales al emigrante y sus familias. Un Estatuto del Emigrante que impulse acuerdos bilaterales o multilaterales para garantizar beneficios sociales recíprocos, que incluya la creación de las ‘Veedurías Ciudadanas’, la ampliación de la Circunscripción Internacional parlamentaria y la constitución de un comité de asesoramiento interinstitucional para promover y facilitar el retorno de los emigrantes.

Mauricio Trujillo Uribe
Bogotá, 30 de Mayo de 2010


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Foto: Archivo particular