En memoria de Ricardo Lara Parada, 30 años después

Uno de los elementos diferenciadores del proceso de paz en curso, con respecto a los anteriores procesos que han tenido lugar desde mediados de los años 70, es el haber colocado en el centro del debate a las víctimas de este conflicto. Entre estas víctimas se encuentran Ricardo Lara Parada y, por consiguiente, su familia; su esposa, Rocío Agudelo, ya fallecida, sus hijos Fernando y Mónica, y demás parientes. En noviembre de 1985, Ricardo fue asesinado por el ELN, según lo reconoció públicamente esa organización, justificando lo injustificable. 


Mauricio Trujillo Uribe 
Madrid, 26 de noviembre de 2015 

En esta etapa crucial de la historia del conflicto armado interno en Colombia, en el que el Gobierno y las FARC se acercan a la firma de un acuerdo de paz para poner fin a más de 50 años de confrontación, y parece próximo el inicio de la mesa de diálogo con el ELN,  el presidente Santos ha insistido en que uno de los elementos diferenciadores del proceso de paz en curso, con respecto a los anteriores procesos que han tenido lugar desde mediados de los años 70, es el haber colocado en el centro del debate a las víctimas de este conflicto.

Este punto es justamente uno de los más sensibles que componen la actual agenda de negociación y tiene como base los principios de verdad, justicia y reparación para todas las víctimas del conflicto que han sufrido violencia y desplazamiento. Y así mismo, que los victimarios de todas las partes involucradas en el conflicto, pidan perdón y adquieran el compromiso de no repetición.

Entre estas víctimas se encuentran Ricardo Lara Parada y, por consiguiente, su familia; su esposa, Rocío Agudelo, ya fallecida, sus hijos Fernando y Mónica, y demás parientes. En noviembre de 1985, Ricardo fue asesinado por el ELN, según lo reconoció públicamente esa organización, justificando lo injustificable.

Lo mismo ocurrió años atrás con Jaime Arenas, Julio César Cortés, Víctor Medina Morón, Heliodoro Ochoa, Juan de Dios Aguilera, Carlos Uribe Gaviria y otros tantos jóvenes revolucionarios que se vincularon a esta guerrilla creyendo que ese era el camino para luchar por un profundo cambio social, económico y político del país.

Líder natural, Ricardo decide entonces junto con otros compañeros, lanzar el Frente Amplio del Magdalena Medio (FAM), enarbolando las aspiraciones más sentidas de Barrancabermeja y la región, movimiento por el cual fue electo en 1983 al Concejo de su ciudad para el período 1984-1987 (1).

De esta manera, Ricardo Lara Parada, el joven soñador y ávido de justicia social que había sido cofundador del ELN en el período del Frente Nacional, el hombre que había pagado años de cárcel por su rebelión, el intelectual que había replanteado su quehacer político frente a las nuevas realidades del país, opta por la lucha democrática dando ejemplo y señalando un camino legal y pacífico.

Hoy, 30 años después, cuando las negociaciones de paz en La Habana pasan por un acuerdo sobre la participación en política de quienes dejarán las armas, cobra plena vigencia el ejemplo de Ricardo Lara para procurar los cambios por los que nuestra Colombia requiere avanzar.

Mauricio Trujillo Uribe
Madrid, 26 de noviembre de 2015

(1) Ricardo Lara Parada y Mauricio Trujillo Uribe, también electo diputado a la Asamblea de Cundinamarca para el mismo período, se convirtieron en los dos primeros beneficiarios de la ley de amnistía de Belisario Betancur, expedida en diciembre de 1982, en llegar a corporaciones públicas por voto popular en el marco del actual conflicto interno armado que se inició en la década de los sesenta.


Foto: blog Ricardo Lara Parada