Elecciones en Francia: cualquier cosa puede pasar

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En la primera vuelta de las elecciones legislativas anticipadas en Francia, el pasado 30 de junio, la extrema derecha francesa confirmó su posición como la fuerza política más votada. Es un hecho sin precedentes y un terremoto en ese país, cuna de los derechos humanos. Sin embargo, nada está jugado, analiza el corresponsal de Cambio Mauricio Trujillo. La segunda vuelta el próximo 7 de julio podría traer sorpresas. 

Por Mauricio Trujillo Uribe  

El avance inédito de la extrema derecha francesa en las pasadas elecciones al Parlamento Europeo se confirmó nuevamente este domingo 30 de junio en la primera vuelta de las elecciones a la Asamblea Nacional del país galo, luego de que el presidente Emmanuel Macron decidiera disolver inesperadamente el parlamento y llamar a elecciones anticipadas y, para muchos, precipitadas. 

Según los últimos datos entregados por el Ministerio del Interior francés, el partido de extrema derecha Agrupación Nacional obtuvo 33,1 por ciento de los votos, mientras que la alianza de izquierda Nuevo Frente Popular (conformada por cuatro partidos, Francia Insumisa, Partido Socialista, Comunista y Ecología-Los Verdes) logró 28,1 por ciento y el campo presidencial, bajo el nombre Juntos por la República, alcanzó 20 por ciento. El partido Los Republicanos, que reúne la derecha conservadora tradicional, consiguió 6,7 por ciento, y otros pequeños partidos el resto. 

Estos resultados, según Ipsos, darían una “proyección” del futuro hemiciclo francés: Agrupación Nacional y sus aliados obtendrían entre 230 y 280 escaños, justo por debajo de la mayoría absoluta de 289 escaños; el Nuevo Frente Popular alcanzaría entre 125 y 165 sillas y la mayoría presidencial saliente quedaría atrás, con sólo 70 a 100 puestos. Le seguirían Los Republicanos, entre 41 y 61 diputados y luego otros partidos. 

Más de cuatro mil candidatos se presentaron a estas elecciones legislativas inesperadas: diputados veteranos y otros electos hace dos años; ministros del actual gobierno, incluido el primer ministro Gabriel Attal; exministros, exsecretarios de estado y exalcaldes; líderes sindicales y de diversas causas sociales; artistas, influenciadores y analistas; dirigentes de partidos políticos e incluso un expresidente, François Hollande, entre otros. La participación del cuerpo electoral registrado, 49,5 millones de personas, llegó al 69,7 por ciento, 20 puntos por encima de las elecciones legislativas de 2022, y de ellos más de 2,1 millones votaron por “procuración” (autorizaron a una tercera persona a depositar el voto), dos veces más que en 2022: un récord de participación ciudadana que muestra el interés y la movilización que han suscitado estos comicios, calificados ya de históricos.

Recordemos que en Francia los diputados son electos en 577 circunscripciones electorales, uno por cada circunscripción. En la primera vuelta sale electo el candidato que obtenga más del 50 por ciento de los votos depositados y un número de votos igual al menos al 25 por ciento de los electores registrados en la circunscripción. Así, en esta primera vuelta resultaron electos directamente 77 diputados, entre ellos 29 mujeres: 39 por Agrupación Nacional, 31 por Nuevo Frente Popular, 2 por Juntos por la República y 1 por Los Republicanos, entre otros.

Marine Le Pen, líder de Agrupación Nacional, Oliver Faure, secretario del Partido Socialista y Manuel Bompard, coordinador de Francia Insumisa, hacen parte de lote que ya tiene asegurada su silla. En París, la izquierda salió fortalecida en la primera vuelta, eligiendo nueve diputados a la Asamblea Nacional y ocupando para la segunda vuelta el primer puesto en 13 de las 18 circunscripciones de la capital, seis para Francia Insumisa. Pero en las ciudades intermedias y zonas rurales la izquierda perdió terreno, allí la extrema derecha sigue avanzando. Es significativa la derrota del líder de los comunistas, Fabien Roussel, en la circunscripción Norte, frente al candidato de Agrupación Nacional.

En la segunda vuelta, el próximo domingo 7 de julio, se elegirán 500 diputados entre los candidatos que obtuvieron en la primera vuelta un número de votos al menos igual al 12,5 por ciento de los electores registrados y persistan en presentarse. Se elige en cada circunscripción electoral el candidato con mayor número de votos, y si hubiese empate, el de mayor edad.

Así, tendrán lugar 189 duelos entre dos candidatos: en 141 compite un candidato de Agrupación Nacional; en 70 hay un candidato de Juntos por la República; y en 119 duelos está presente un candidato del Nuevo Frente Popular y de otros partidos.

Se configuraron igualmente 306 duelos entre tres candidatos, un escenario nunca antes visto (en 2022 apenas hubo siete triangulares) que refleja la intensa puja electoral. En 235 triangulares se opondrán los candidatos de Agrupación Nacional, Nuevo Frente Popular y Juntos por la República, confirmando los tres bloques del escenario político francés. En otros 31 duelos triangulares se enfrentan los candidatos de Los Republicanos a los de Agrupación Nacional y Nuevo Frente Popular.

Sin embargo, este martes 2 de julio la perspectiva del paisaje electoral en Francia habrá cambiado cuando se conozcan los candidatos que, habiendo ocupado el tercer lugar en las triangulares en las que también pasó un candidato de Agrupación Nacional, decidieron desistir para dar más chance al candidato que enfrentará al de extrema derecha. Así lo anunció este domingo 30 de junio Jean-Luc Mélenchon, líder de Francia Insumisa, quien llamó a los candidatos del Nuevo Frente Popular que hayan llegado en tercer lugar a renunciar a la segunda vuelta para, de esta manera, favorecer el “voto útil” por el candidato opuesto al de Agrupación Nacional. 

El primer ministro Gabriel Attal también se pronunció refiriéndose al “deber moral” de impedir que Agrupación Nacional obtenga la mayoría absoluta en la segunda vuelta y domine la Asamblea Nacional, e invita a los candidatos de la coalición Juntos por la Republica a retirarse cuando estén en tercera posición para evitar la elección de un diputado de extrema derecha. “Lo digo con la fuerza que el momento convoca a cada uno de nuestros electores. Ni un solo voto debería ir a Agrupación Nacional. En tales circunstancias, Francia no merece ninguna vacilación. Nunca.”, agregó.

¿Se abre acaso la posibilidad de un nuevo frente republicano entre la izquierda y el “macronismo” para impedir que Agrupación Nacional alcance la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, ponga primer ministro y gobierne los destinos del país? Tengamos presente que en Francia el presidente de la república designa el primer ministro con el respaldo de la mayoría absoluta de los diputados, quien a su vez conforma su equipo de ministros y gobierna bajo las orientaciones de aquel. “Frente a Agrupación Nacional, ha llegado el momento de una gran reunión, claramente demócrata y republicana, para la segunda vuelta”, dice a su vez Macron en un comunicado de prensa.

Sin embargo, un tal acuerdo, aún si es implícito, parece lejano en razón del enorme rechazo que suscita en el centro y la derecha moderada la figura de Mélenchon y el programa de Francia Insumisa, el partido más votado del Nuevo Frente Popular. En cambio, en la Asamblea Nacional la opción de un frente común entre Agrupación Nacional, una parte de los diputados del campo presidencial y un sector de Los Republicanos, podría cuajar.

En cualquier caso, el fracaso del primer mandatario Emmnuel Macron, es evidente: al decidir disolver la Asamblea Nacional, el presidente de la República provocó la ruptura de su mayoría y, en última instancia, su propia eliminación durante los próximos tres años, señala en su columna Solenn de Royer, periodista de «Le Monde».

Francia se asoma así a un escenario complejo y sin precedentes en momentos en que el empuje de las corrientes políticas de extrema derecha a nivel europeo se manifiesta con fuerza y en Estados Unidos la posibilidad de la reelección del candidato de extrema derecha Donald Trump sigue avanzando.

1 de junio de 2024

Imagen: Crédito Reuters