Tianjin 2025 ¿hacia un nuevo equilibrio global?

En Tianjin, China, se ha celebrado una cumbre histórica: una veintena de jefes de Estado y de gobierno se han dado cita para promover un enfoque distinto de multilateralismo y cooperación, frente al «modelo Trump». El desafío para Occidente es enorme, se trata de reconocer que casi la mitad de la humanidad se articula ya en torno a foros donde Washington y Bruselas carecen de voz.

Análisis por Mauricio Trujillo Uribe *

La cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) celebrada en la ciudad portuaria de Tianjin, China, del 31 de agosto al 2 de septiembre, ha sido descrita por numerosos analistas como la más importante en los 24 años de existencia del foro. Su relevancia no reside únicamente en el número récord de asistentes, una veintena de jefes de Estado y de gobierno, sino en la manera en que sus protagonistas buscaron proyectar un modelo alternativo de gobernanza frente a la creciente presión de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump.

Un escenario cargado de simbolismo

El presidente Xi Jinping inauguró el encuentro rodeado de figuras de enorme peso estratégico: junto a Vladímir Putin, asistieron Narendra Modi (Primer ministro de India), Massoud Pezeshkian (Presidente de Irán) y Recep Erdogan (Presidente de Turquía), y un importante grupo de dirigentes euroasiáticos y de delegaciones de organizaciones internacionales y regionales.

El evento de Tianjin fue concebido desde Pekín como una vitrina de multilateralismo en oposición al unilateralismo estadounidense de Trump. La secuencia fue cuidadosamente diseñada: debates políticos, gestos bilaterales y, como culminación, el 3 de septiembre, un gran desfile militar en Pekín para conmemorar los 80 años del final de la Segunda Guerra Mundial.

La OCS, fundada en 2001, representa casi la mitad de la población mundial y cerca del 24 % del PIB global. Aunque no tiene pactos de defensa mutua, como la OTAN, su extensión geográfica y sus reservas energéticas la convierten en un actor central para el futuro del orden internacional. Y frente a los aranceles impuestos de Estados Unidos y las crecientes tensiones globales, China aspira a erigirse como el centro de un nuevo eje de relaciones internacionales.

Putin: demostrar que no está aislado

Para Putin, la cumbre ofrecía un objetivo concreto: demostrar que Rusia no está arrinconada por Occidente a pesar de la prolongación de la guerra en Ucrania. En Tianjin encontró un escenario propicio donde todavía puede exhibir apoyos relevantes, no obstante que Ucrania es el país que ha sufrido la agresión y ocupación rusa.

En su discurso, Putin volvió a insistir en que las tentativas de arrastrar a Kiev hacia la OTAN constituyen “una de las principales causas del conflicto”. Sus palabras buscaban reforzar la narrativa de que Moscú libra una guerra defensiva frente a un bloque hostil. Sin embargo, la declaración final de la OCS evitó toda referencia explícita a la guerra en Ucrania, una omisión calculada para mantener el consenso entre socios que no comparten la misma visión sobre el conflicto.

En cambio, el texto manifiesta la “profunda preocupación por la intensificación del conflicto entre Israel y Palestina”, condena las “acciones que han provocado numerosas víctimas civiles y una grave crisis humanitaria en la Franja de Gaza” y afirma que “la única manera” de garantizar la paz y la estabilidad en Oriente Próximo es alcanzar “una solución integral y justa para la cuestión palestina”.

El delicado juego China – India

La presencia del primer ministro Modi fue uno de los grandes triunfos diplomáticos de China. Era su primera visita desde 2018, después de un periodo de fuertes tensiones bilaterales que alcanzaron su clímax en 2020, con un enfrentamiento en la frontera himalaya que dejó varios militares muertos.

La cumbre permitió un acercamiento entre los dos gigantes asiáticos. Xi Jinping habló de la necesidad de que India y China sean “socios y no rivales”, mientras que Modi destacó que hoy reina una “atmósfera de paz y estabilidad” en la frontera. Ambos coincidieron en que las relaciones no deben definirse por la cuestión territorial, sino por el potencial económico de los dos países que suman 2.800 millones de habitantes y se enfrentan a la presión comercial de Washington.

La OCS: la “mayor organización regional del mundo”

Las autoridades chinas no dejaron de repetir que la OCS es ya “la mayor organización regional del planeta”, con 26 países involucrados en diferentes categorías y un PIB conjunto cercano a los 30 billones de dólares. Desde su fundación, ha pasado a convertirse en un foro político, económico y estratégico bajo la batuta de Pekín y Moscú.

La presión de Trump sobre Pekín ha terminado reforzando el bloque Rusia, India y China (RIC), que parece reactivarse en Tianjin. Los analistas coinciden en que esta dinámica, si logra coordinarse eficazmente, podría equilibrar la influencia de Washington.

El poder de la imagen: tren blindado, desfile y arma secreta

Uno de los elementos más llamativos de la cumbre fue la presencia de Kim Jong-un, líder supremo de Corea del Norte, que llegó este martes 2 de septiembre a Pekín en su característico tren blindado. Era la primera vez que coincidían en un mismo evento los líderes de China, Rusia, Irán y Corea del Norte, una fotografía inédita que simboliza la consolidación de un eje de países dispuestos a desafiar la hegemonía occidental.

En este contexto, el rol de Corea del Norte como aliado de Rusia en la guerra de Ucrania, adquiere mayor relevancia. Aunque Pekín insiste en proclamarse neutral y acusa a Occidente de prolongar la guerra al armar a Kiev, la convergencia estratégica entre Moscú, Pyongyang y Pekín es cada vez más evidente.

A su vez, la dimensión militar de la cumbre no fue un mero adorno. China organizó, para el 3 de septiembre, como culminación del evento, un desfile militar monumental en Pekín, con la participación de Putin, Xi Jinping, Kim Jong-un y otros 24 líderes extranjeros.

El acto busca proyectar la imagen de una potencia militar moderna y capaz de rivalizar con Estados Unidos. En el desfile se anunció la presentación del que algunos propagandistas describen como “el sistema de defensa aérea láser más potente del mundo”, un arma secreta que Pekín ha mantenido oculta.

China consolida su liderazgo

Lo ocurrido en Tianjin refleja la capacidad de China para situarse en el centro de cualquier esquema alternativo al orden occidental. Las alianzas que orbitan en torno a Pekín —OCS, BRICS, RIC— están en proceso de consolidación, y la cumbre de 2025 marca un hito en ese camino.

La OCS se presenta como el espacio donde China busca consolidar su liderazgo, donde Rusia intenta demostrar que no está aislada, donde India reivindica su autonomía, y donde países como Irán o Corea del Norte encuentran legitimidad internacional.

El desafío para Occidente es enorme: se trata de reconocer que casi la mitad de la humanidad se articula ya en torno a foros donde Washington y Bruselas carecen de voz.

¿Se convertirá esta alianza en un bloque cohesionado y estratégico? Por ahora, Tianjin ha demostrado que el multilateralismo liderado por China parece estar conduciendo a un nuevo equilibrio global.

París, 3 de septiembre de 2025

* https://x.com/maurotrujillo21